Los padres de Pablo Picasso fueron don José Ruiz Blasco y doña María Picasso y López. Su padre fue pintor y profesor de artes.
Pablo fue un pintor prodigioso, su brillantez en el dibujo ocultaba de alguna manera sus pobres registros académicos. Asesorado por su padre, a la edad de 13 años le acabó superando en términos de habilidad y talento.
En 1895, su familia se mudó a Barcelona, España. El movimiento se volvió fructífero para él cuando tuvo la oportunidad de inscribirse en la prestigiosa Escuela de Bellas Artes. Pero las estrictas reglas de la escuela lo frustraron y comenzó a faltar a clases para poder ir a pasear por las calles de Barcelona y dibujar todo lo que observaba.
En 1897, se trasladó a Madrid para asistir a la Real Academia de San Fernando. Sin embargo, aquí también las reglas estrictas y las instrucciones formales le molestaron en la medida en que dejó de asistir a clases.
Se movió por las calles de Madrid, observando y pintando lo que atraía su visión. Visitó el museo del Prado para ver las pinturas de los famosos pintores españoles.
Al regresar a Barcelona en 1899, formó parte de un grupo de artistas e intelectuales que hicieron su sede en una cafetería llamada El Quatre Gats. Fue durante este tiempo que se alejó de sus métodos clásicos para dedicarse al arte vanguardista.