Existen técnicas avanzadas y novedosas utilizadas en el mundo para tratar enfermedades, entre ellas, la terapia génica y la inmunoterapia.
La diferencia clave entre la terapia génica y la inmunoterapia es que la terapia génica implica la alteración del material genético del paciente, mientras que la inmunoterapia implica la administración de células inmunitarias, anticuerpos, etc. para inducir el sistema inmunitario del paciente.
A pesar de que las técnicas son confiables, el uso de éstas es mínimo en el mundo. Esto se debe a los efectos secundarios altamente variables de los procedimientos de tratamiento.