La diferencia clave entre la radiactividad natural y artificial es que la radiactividad natural en forma de radiactividad se produce por sí sola en la naturaleza, mientras que cuando es inducida por el hombre en los laboratorios, se le llama radiactividad artificial.
El hombre no inventó el proceso de radiactividad; estaba allí, existiendo en el universo desde tiempos inmemoriales.
En general, la radiactividad se refiere a la liberación de partículas y energía de núcleos inestables. La liberación de partículas de átomos inestables continúa hasta que la sustancia alcanza la estabilidad. Esta descomposición de los núcleos es el proceso de radioactividad. Cuando esta descomposición tiene lugar en la naturaleza, la llamamos radiactividad natural.
La radiactividad implica la emisión de tres tipos de partículas por un núcleo inestable en un esfuerzo por alcanzar la estabilidad. Los nombramos como radiaciones alfa, beta y gamma.
Cuando preparamos núcleos inestables en los laboratorios bombardeándolos con neutrones de movimiento lento, lo llamamos radiactividad artificial.
Este tipo de radioactividad tiene muchos usos en reactores nucleares donde los neutrones de movimiento lento se hacen para bombardear un isótopo estable de uranio que se vuelve inestable y comienza a descomponerse liberando una gran cantidad de energía. En consecuencia, podemos usar esa energía para convertir el agua en vapor. Posteriormente, este vapor moverá las turbinas que producen electricidad. La radiactividad artificial tiene otro uso importante en las bombas atómicas donde la fisión de núcleos inestables produce la liberación de grandes cantidades de energía.