Los experimentos científicos siempre se realizan con controles para obtener resultados confiables. Los resultados obtenidos del experimento pueden compararse críticamente, analizarse y explicarse con respecto a los tratamientos de control. Hay dos tipos de tratamientos de control conocidos como control positivo y control negativo.
Los controles negativos y positivos se definen en función de las variables o los tratamientos del experimento. El control positivo es un tratamiento experimental que produce el efecto deseado que el investigador espera, en cambio el control negativo es un tratamiento experimental que no produce el efecto deseado de la variable experimental.
Por lo tanto, la diferencia clave entre el control positivo y negativo es que el control positivo produce una respuesta o un efecto deseado, mientras que el control negativo no produce respuesta o ningún efecto deseado del experimento.