El cloruro de sodio es uno de los productos químicos más conocidos y utilizados, también conocido como sal de mesa.
El cloruro de sodio está presente en las aguas marinas y oceánicas, lo que les da su salinidad. Aproximadamente del 1 al 5% del agua de mar está compuesta de cloruro de sodio. También se encuentra como mineral halita o sal de roca.
La sal se produce a gran escala por evaporación del agua de mar o del agua salada (salmuera) de los lagos salados y los pozos de salmuera. Como el agua de mar contiene otras sales (de calcio, magnesio y otros elementos), el proceso de evaporación se lleva a cabo con cuidado para que las diferentes sales precipiten en diferentes momentos en función de su solubilidad. Otro método de producción importante es la explotación de las reservas de sal gema.
El cloruro de sodio se conoce mejor como sal de mesa y se usa ampliamente en la industria alimentaria para aromatizar y conservar. También se utiliza en la producción de muchos productos químicos importantes, incluidos hidróxido de sodio, carbonato de sodio, bicarbonato de sodio, ácido clorhídrico, etc. También tiene aplicaciones en refinerías de petróleo, industria textil, industria de papel, retardadores de fuego, industria del caucho y en la construcción de carreteras. Otro uso importante es el deshielo de carreteras y aceras en regiones frías y nevadas. Las soluciones salinas también se utilizan para muchos fines médicos.
En concentraciones bajas, el cloruro de sodio no es tóxico ni peligroso, y es una fuente importante de electrolitos para el cuerpo. El alto consumo de sal a largo plazo puede causar un desequilibrio de electrolitos en el cuerpo. La ingestión de altas concentraciones puede provocar vómitos, náuseas, diarrea y deshidratación. También puede irritar los ojos y causar daño ocular en altas concentraciones.