El monóxido de carbono, también conocido como óxido de carbono o simplemente monóxido, es un gas venenoso conocido por causar daño al sistema nervioso y asfixia. Se utiliza en algunos procesos químicos para producir metanol y acrilatos.
El monóxido de carbono se produce a partir de la combustión incompleta de carbono, la descomposición de compuestos orgánicos o la reducción de dióxido de carbono. A través de estos procesos se produce todo el monóxido de carbono que se encuentra en la atmósfera. El monóxido de carbono también puede ser producido por la oxidación de gases de hidrocarburos que están presentes en el gas natural.
El monóxido de carbono puede usarse en la industria química como agente reductor. También es un reactivo en algunas reacciones de síntesis orgánica como el proceso Frischer-Tropsch. Otros usos incluyen la formación de intermediarios químicos a través de reacciones que usan monóxido de carbono o productos finales como metanol, etileno y acrilatos. El monóxido de carbono también está presente en algunas mezclas de combustible.
El monóxido de carbono es una molécula estable debido a la fuerza que exhibe el triple enlace. El fuerte momento dipolar debido a la diferencia de electronegatividad entre el oxígeno y el carbono crea una carga parcial de -1 sobre el oxígeno y +1 sobre el átomo de carbono. Este hecho junto con el tamaño similar entre ambos átomos también contribuye con la estabilidad y la baja reactividad de la molécula.