El trióxido de azufre es un compuesto inorgánico ampliamente utilizado como precursor en la preparación de ácido sulfúrico.
El trióxido de azufre se puede sintetizar en el laboratorio a través de algunos métodos. La más utilizada es la oxidación del dióxido de azufre utilizando como catalizadores actividato de pentóxido de vanadio a 600° C. Otro método es la deshidratación y el agrietamiento del bisulfato de sodio.
El trióxido de azufre se usa principalmente en la obtención de ácido sulfúrico en el que el agua reacciona con el trióxido para formar el ácido. También se puede usar en otras reacciones de sulfonación que son muy útiles en la obtención de precursores en las industrias química y farmacéutica.
El trióxido de azufre puede causar daños graves en los pulmones por inhalación. Es muy tóxico por ingestión. El trióxido de azufre es altamente corrosivo y reacciona violentamente con el agua para producir el ácido sulfúrico. Puede oxidar algunos compuestos y también actúa como un agente deshidratante.
El trióxido de azufre puede reaccionar con algunas bases de Lewis que pueden actuar como donantes de electrones. Tales bases, como trimetilamina y piridina, forman complejos con trióxido de azufre.