Los dientes de la jirafa son alargados y cónicos, con una forma que se asemeja a la de una espiga. Tienen una superficie lisa y una punta afilada que les permite cortar y triturar la vegetación dura y fibrosa que constituye su dieta principal.
La jirafa tiene cuatro tipos de dientes: incisivos, caninos, premolares y molares. Los incisivos y caninos se utilizan principalmente para cortar la vegetación, mientras que los premolares y molares se usan para triturarla.
La jirafa tiene un total de 32 dientes, con 8 incisivos, 2 caninos, 8 premolares y 8 molares en cada mandíbula. Sus dientes no dejan de crecer a lo largo de su vida, por lo que deben seguir masticando y triturando constantemente para mantenerlos afilados y evitar que se desgasten.
Los dientes de la jirafa también son importantes para su comunicación. La jirafa puede mostrar su estado de ánimo a través de su expresión dental, mostrando sus dientes cuando está contenta o ocultándolos cuando está enfadada o asustada. Además, la jirafa puede emitir sonidos a través de sus dientes para comunicarse con otros miembros de su manada.