Las liebres tienen unos dientes particularmente adaptados a su dieta herbívora. Sus incisivos superiores son largos y afilados, lo que les permite cortar y triturar las hojas y las plantas que comen. Tienen también muelas trituradoras en la parte posterior de la boca, que les ayudan a masticar y digerir su alimento.
Las liebres tienen un total de 28 dientes, con tres incisivos superiores y tres inferiores en cada mandíbula. Los incisivos superiores tienen una longitud de hasta 1,5 cm y están diseñados para crecer continuamente para compensar el desgaste causado por el corte y la trituración del alimento. Esto es similar a lo que ocurre con los dientes de las cabras y los ciervos.
Además de sus dientes, las liebres tienen una mandíbula muy flexible que les permite masticar y triturar su alimento de manera efectiva. También tienen una lengua larga y ágil que les ayuda a lamer y recoger el alimento.
En general, los dientes de las liebres están adaptados a su estilo de vida y dieta herbívora, y les permiten obtener la nutrición necesaria para mantenerse saludables y fuertes.