Los zorros tienen una dentadura adaptada a su dieta, que consiste principalmente en pequeños roedores y otros animales de tamaño similar. Sus dientes son afilados y ligeramente curvados hacia atrás para ayudarles a cazar y desgarrar a sus presas. Tienen un total de 42 dientes, incluyendo 16 dientes incisivos, 4 caninos, 16 premolares y 6 molares.

Los incisivos son los dientes delanteros y más pequeños, y se utilizan para cortar y triturar la comida. Los caninos son los dientes más largos y afilados, y se utilizan para perforar y sujetar a las presas. Los premolares y molares son los dientes posteriores y más grandes, y se utilizan para triturar y masticar la comida.

Los dientes de los zorros también están diseñados para permitirles cazar y sobrevivir en diferentes entornos. Por ejemplo, los zorros árticos tienen dientes más grandes y afilados que los zorros de otras regiones debido a la mayor cantidad de hielo y nieve que deben romper para acceder a sus presas.

En general, los dientes de los zorros son una característica importante de su anatomía y les permiten obtener la energía necesaria para sobrevivir en su hábitat natural.