Congelar los garbanzos cocidos es una forma muy práctica de almacenarlos sin comprometer el valor nutricional, la textura y el sabor.
Cocinar garbanzos secos lleva mucho tiempo, por lo que hacer un lote enorme para almacenar es una técnica de planificación muy inteligente.
Una vez que los garbanzos estén cocidos, déjalos enfriar por completo. Si deseas acelerar este proceso, puedes enjuagarlos con agua fría hasta que estén completamente fríos.
Escurra bien los garbanzos y viértalos sobre una toalla de cocina. Debes secarlos antes de congelarlos, eliminando la mayor cantidad de humedad posible para mantener la textura y evitar que sean demasiado blandos cuando los descongeles.
Extiende tus garbanzos sobre una bandeja forrada con papel pergamino. Asegúrese de que se extiendan tanto como sea posible y no se toquen entre sí.
Primero debes congelarlos de esta manera para que cada grano individual se congele por sí solo. Esto tomará entre 45 minutos y una hora.
Una vez que estén completamente congelados, puedes transferirlos de la bandeja a una bolsa Ziploc o contenedor Tupperware que se pueda guardar en el congelador.
Dado que primero se congelaron individualmente, no tiene que preocuparse de que se agrupen, pero sigue siendo una buena idea separar los garbanzos en porciones. Esto los protegerá de la fluctuación de temperatura de entrar y salir del congelador con demasiada frecuencia.
Para descongelar sus garbanzos, simplemente póngalos en un tazón y déjelos reposar hasta que vuelvan a la temperatura ambiente.
Los garbanzos cocidos congelados permanecerán frescos en su congelador durante 6 a 9 meses. Una vez que estén descongelados, trátelos como si estuvieran recién cocinados. Refrigere si no se van a usar de inmediato, pero no espere más de 3 a 4 días antes de comerlos.