El setter irlandés tiene una capa plana, gruesa y suave que requiere cuidado habitual pero no excesivo.
La zona que tiene la capa más corta requiere menos cuidado que las capas más largas.
El cepillado en un setter irlandés debe hacerse al menos dos veces por semana con un cepillo de cerdas suaves o utilizando un guante de goma que además de retirar el pelo muerto producirá un relajante masaje a su mascota.
El baño debe hacerse dos o tres veces por año para evitar eliminar aceites naturales. Ambos tipos de setter irlandeses tienen aceites naturales en sus pelajes que los hacen resistentes al agua y ayudan a que el pelo se mantenga libre de suciedad.