La arquitectura y el urbanismo en Mesopotamia se caracterizaron por la construcción de grandes templos y palacios, así como por la planificación de ciudades amuralladas. Los templos eran centros religiosos y políticos y eran construidos con adobe y ladrillos de barro cocido. Los palacios eran sedes de los gobernantes y también estaban construidos con adobe y ladrillos de barro cocido.
La planificación urbana en Mesopotamia se caracterizaba por la utilización de calles rectas y cuadradas, con casas y edificios construidos en línea. Los templos y palacios se encontraban en el centro de las ciudades y eran rodeados por una muralla para protegerlos de los invasores. El sistema de acueductos y canales de riego también era importante para la vida en las ciudades mesopotámicas, ya que permitía el cultivo de cereales y otros alimentos en las tierras circundantes.
En resumen, la arquitectura y el urbanismo en Mesopotamia estaban orientados hacia la construcción de templos y palacios impresionantes, y se caracterizaban por una planificación urbana cuidadosa, con calles rectas y casas construidas en línea, y un sistema de acueductos y canales de riego que permitía el cultivo de cereales y otros alimentos.