Los radares funcionan al «hacer brillar» un haz de energía (generalmente microondas) en un objeto y medir la cantidad de energía que se refleja hacia atrás. El objeto podría ser un avión, una precipitación en una tormenta eléctrica, insectos en la atmósfera, etc.
Si el objeto se está moviendo cuando la energía lo golpea, entonces las microondas serán desplazadas después de que se hayan reflejado, y así podemos medir parcialmente la velocidad del objeto.