La película comienza en 1981 en San Francisco, California. Linda y Chris Gardner viven en un pequeño apartamento con su hijo, Christopher. Chris ha invertido los ahorros de la familia en una franquicia de venta de escáneres médicos. Estos escáneres dan una mejor imagen de los huesos sin embargo, muchos de los médicos que Chris visita para vender su producto encuentran que su precio es demasiado caro.
Linda trabaja en la tintorería de un hotel. La tensión entre la pareja aumenta cuando las facturas se siguen acumulando y no pueden pagar el alquiler del piso. Además, Chris con frecuencia aparca su coche en zonas inhabilitadas para tal función y, tras recibir varias multas, la administración pública se queda el coche. Finalmente, Linda, cansada de su situación, marcha a Nueva York a buscar un mejor trabajo y deja a su hijo al cargo de su padre.
La situación se complica cuando Chris acepta un puesto de interino sin sueldo en la empresa de corredores de bolsa Dean Witter Reynolds que promete trabajo seguro a sólo un interino al final de este periodo de aprendizaje. La falta de un sueldo fijo y la dificultad que tiene Chris para vender los escáneres que le quedan hacen que quede cubierto de deudas y tanto él como su hijo sean desalojados de su piso. Tras pasar varias noches durmiendo en los baños del metro y los autobuses, se presentan en la Iglesia Glide Memorial donde les dejan pasar la noche. Desgraciadamente, la Iglesia no reserva las habitaciones. Algunas veces Chris consigue que les den una habitación donde poder dormir pero, a veces, también tienen que pasar la noche en la calle.
Mientras hace todo lo posible para dar una especie de vida familiar a su hijo en algunas de las circunstancias más duras, Chris está cada vez más seguro de querer terminar su programa de interinaje. Al final, sus esfuerzos tienen un buen resultado y la empresa lo elige a él como nuevo broker. Tal como comenta él al final de la película, aquella parte de su vida, aquella pequeña parte, se llamaba «felicidad».