El Cantar de mio Cid trata de un héroe desterrado injustamente que debe recuperar su honor y fama. Durante la obra se vive el agrandamiento progresivo del personaje. Todo ello se completa, además, con el desarrollo de la acción guerrera y política.
Primer cantar. Cantar del destierro (versos 1 a 1084)
El Cid ha sido desterrado de Castilla. Debe abandonar a su esposa e hijas e inicia una campaña militar acompañado de sus fieles en tierras no cristianas, durante las cuales envía un regalo al rey después de cada victoria para conseguir el favor real.
Segundo cantar. Cantar de las bodas (versos 1085 a 2277)
El Cid se dirige a Valencia, en poder de los moros, y logra conquistar la ciudad. Envía su amigo y mano derecha Álvar Fáñez a la corte de Castilla con nuevos regalos para el rey, pidiéndole que se le permita reunirse con su familia en Valencia. El rey accede e incluso le perdona y levanta el castigo. La fortuna del Cid hace que los infantes de Carrión pidan matrimonio a doña Elvira y doña Sol; el rey pide al Campeador que consienta el matrimonio y él lo hace aunque no confía en ellos. Las bodas se celebran solemnemente.
Tercer cantar. Cantar de la afrenta de Corpes (versos 2278 a 3730)
Los infantes de Carrión muestran pronto su cobardía, primero ante un león que se escapa y del que huyen despavoridos y después en la lucha contra los árabes. Al sentirse humillados, los infantes deciden vengarse: emprenden un viaje hacia Carrión con sus esposas y, al llegar al robledal de Corpes, las azotan y las abandonan dejándolas desfallecidas. Cuando el Cid se entera, pide justicia al rey, el cual culmina con un duelo en el que los representantes de la causa del Cid vencen a los infantes, los cuales quedan deshonrados. Las bodas se anulan, y el poema termina con el proyecto de boda entre las hijas del Cid y los infantes de Navarra y Aragón.