El clima en Escocia es templado y oceánico, y tiende a ser muy inestable.
Las máximas medias de invierno rondan entre 5,0 a 5,7 °C; y las máximas medias de verano entre 20 a 25 °C.
El clima, en general, es frío y, a pesar de las influencias oceánicas, que penetran ampliamente en él, dada la orientación orográfica, la abundancia de tierras altas hace que sea muy riguroso, con una fuerte diferencia entre la vertiente occidental y la oriental.
El clima de la primera vertiente, mucho más templado, con inviernos más suaves y veranos más frescos, y más húmedo (1.200 mm de lluvia anual), se caracteriza por fuertes vientos, que representan un obstáculo para la formación del manto forestal.
La vertiente oriental tiene un clima más riguroso y seco (800 mm de lluvia anual). En el centro, donde es especialmente severo (temperatura media de enero, 0 °C), la nieve cubre las montañas durante una buena temporada.