Bajo la influencia de los monzones, Irak en verano tiene un viento constante del noroeste (shamal), mientras que en invierno se desarrolla una fuerte corriente de aire del sudeste (sharqi). Los veranos intensamente calurosos y secos duran de mayo a octubre, y durante la hora más calurosa del día, a menudo alcanzando los 49 grados a la sombra, las personas se refugian en refugios subterráneos. Los inviernos, que duran de diciembre a marzo, son húmedos y comparativamente fríos, con temperaturas que promedian alrededor de 10 grados. La primavera y el otoño son breves períodos de transición. Normalmente, no llueve desde finales de mayo hasta finales de septiembre. Con una precipitación anual de menos de 38 cm, la agricultura depende de la irrigación.