El clima de las mesetas puede variar dependiendo de la ubicación geográfica y la altitud. En general, las mesetas suelen tener un clima templado, con veranos cálidos y húmedos y inviernos fríos y secos. Sin embargo, las mesetas a altitud elevada pueden tener un clima más fresco y húmedo, con una mayor cantidad de nieve en invierno. A medida que la altitud aumenta, la temperatura disminuye, y las mesetas a altitud elevada pueden tener un clima de montaña. En general, las mesetas son zonas de transición entre climas cálidos y fríos, y su clima suele ser más variable que el de otras regiones.