La ciudad de Nueva Orleans, situada en el estado de Luisiana en los Estados Unidos, fue fundada en 1718. La región había sido habitada por los indígenas Chitimacha y Houma durante siglos, y había sido explorada por los españoles en el siglo 16.
En 1717, el gobernador francés Jean-Baptiste Le Moyne de Bienville eligió el lugar donde se encuentra actualmente Nueva Orleans como el lugar ideal para establecer una colonia francesa debido a su ubicación estratégica en el delta del Mississippi. Bienville y un grupo de colonos establecieron la colonia de Nueva Orleans en el lugar que había sido habitado por indígenas Houma.
La ciudad se convirtió rápidamente en un importante centro comercial y cultural en la región del Golfo de México. Durante la época colonial, Nueva Orleans se convirtió en un importante puerto de tránsito para el comercio entre América y Europa y se convirtió en un importante centro de comercio de esclavos.
En 1762, la colonia de Nueva Orleans fue transferida a España como parte de un acuerdo internacional, y la ciudad se convirtió en un importante centro cultural y comercial para los españoles. Después de la Revolución Francesa, España devolvió la colonia a Francia en 1800, pero Francia vendió la colonia a los Estados Unidos en 1803 como parte del Tratado de Louisiana.
Desde entonces, Nueva Orleans ha sido una ciudad estadounidense y ha sido conocida por su rica historia cultural y su famosa arquitectura y gastronomía. La ciudad ha sido influenciada por sus orígenes franceses, españoles y africanos y ha sido un importante centro de música jazz y de la cultura creole. A pesar de enfrentar muchos desafíos a lo largo de su historia, incluyendo desastres naturales como el Huracán Katrina en 2005, Nueva Orleans ha seguido siendo una ciudad vibrante y culturalmente rica.