Hay que buscar el origen de Venecia en los lugares donde se establecieron los venetos huyendo de Atila (452-453) y de los longobardos de Alboí (568): Grado, sede religiosa donde se refugió el obispo de Aquilea, Heraclea, residencia del poder civil; y Torcello, centro comercial. El territorio formó una provincia, que dependía del exarcado bizantino de Ravenna.

Las discordias entre Heraclea y las poblaciones vecinas y las luchas internas de partidos rivales hicieron que el centro gubernativo fuera trasladado a Malamocco, en tierra insular (siglo VIII). Pero su situación, demasiado expuesta a los asaltos enemigos por mar, fue causa de un nuevo traslado a las islas más interiores de Rialto (siglo IX).

La sede episcopal pasó (siglo XI) a la vecina isla de Olivolo, más tarde llamada Castello, y dependía del patriarcado de Grado. La Civitas Rivoalti conservó su nombre hasta el siglo XIII, que cambió definitivamente por el de Venecia. La historia de la ciudad queda reflejada en la historia de la república de Venecia.