El Estado de Iowa es uno de los 50 estados de Estados Unidos de América, situado en el centro del país. Se encuentra en la región conocida como la «Meseta Central», y es bordered por Minnesota al norte, Wisconsin y Illinois al este, Missouri al sur, Nebraska al oeste, y Dakota del Sur al noroeste.
El Estado de Iowa fue admitido en la Unión el 28 de diciembre de 1846 como el 29º estado. Antes de eso, el territorio que hoy conforma Iowa fue habitado durante miles de años por diferentes pueblos indígenas, incluyendo los Illiniwek, los Omaha, los Fox, y los Sioux.
En el siglo XVII, los franceses comenzaron a explorar y colonizar la región. Establecieron misiones y fortalezas para proteger sus intereses comerciales, y también trajeron consigo a los primeros grupos de esclavos africanos a la región.
Con el tiempo, el control del territorio pasó de manos francesas a manos españolas y luego a manos británicas. Después de la Guerra de Independencia de Estados Unidos, el territorio de Iowa fue cedido a Estados Unidos y se convirtió en parte del Territorio de Missouri. En 1834, el territorio de Iowa fue separado del Territorio de Missouri y se convirtió en un territorio independiente.
Durante la primera mitad del siglo XIX, el territorio de Iowa se desarrolló rápidamente, con la llegada de colonos procedentes de diferentes partes del país. Muchos de ellos se establecieron en la región para trabajar en la industria agrícola y ganadera, y la región se convirtió en un importante productor de cereales, carne, y lana.
En 1846, el territorio de Iowa se convirtió en el estado de Iowa, y Des Moines se estableció como la capital del estado. Desde entonces, Iowa ha sido un importante estado agrícola y ha experimentado un crecimiento económico y demográfico constante. Actualmente, Iowa es conocido por su industria agrícola y de procesamiento de alimentos, así como por su fuerte industria manufacturera y de servicios.