El Estado de Oklahoma es uno de los cincuenta estados de Estados Unidos, ubicado en el centro del país. Su capital es Oklahoma City.
El territorio que hoy es el Estado de Oklahoma fue habitado durante siglos por varias tribus indígenas, entre ellas los Cherokee, los Chickasaw, los Creek y los Seminole. Estos pueblos indígenas tenían una cultura y una historia muy ricas y desarrolladas y llevaban siglos viviendo en esa región cuando los colonizadores europeos llegaron a América.
En el siglo XVIII, la región que hoy es Oklahoma fue adquirida por Estados Unidos a través del Tratado de París de 1783, al final de la Guerra de Independencia de Estados Unidos. Durante los siglos XIX y XX, el territorio de Oklahoma fue objeto de diversas disputas y conflictos entre el gobierno federal y los pueblos indígenas que habitaban allí.
Finalmente, en 1907, el Congreso de Estados Unidos aprobó la Ley de Oklahoma, que estableció el Estado de Oklahoma y estableció un plan para la admisión de Oklahoma como el 46º estado de la Unión. El 16 de noviembre de 1907, Oklahoma se convirtió oficialmente en un estado de Estados Unidos.
Desde entonces, el Estado de Oklahoma ha sido una parte importante de la economía y la cultura de Estados Unidos. Es conocido por sus praderas, sus campos de trigo y sus granjas de ganado, así como por su rica historia y su diversa población.