Lo justo se refiere a lo que es correcto o adecuado en una situación particular, mientras que lo equitativo se refiere a la distribución justa o justa de algo entre diferentes personas o grupos de personas. En otras palabras, lo justo se centra en lo que es correcto en un caso individual, mientras que lo equitativo se centra en la equidad a largo plazo y en cómo se distribuyen los recursos y las responsabilidades entre diferentes personas.
Por ejemplo, imaginemos que hay un grupo de amigos que están planeando una barbacoa y tienen que pagar por la comida y el combustible. Si cada persona paga la misma cantidad, independientemente de cuánto coman o cuánto participen en la preparación, eso podría considerarse equitativo. Sin embargo, si una persona come mucho más que otras, podría considerarse justo que pague una mayor cantidad para reflejar su consumo adicional.
Es importante tener en cuenta que lo justo y lo equitativo a menudo van de la mano, pero no siempre es así. Por ejemplo, podría ser justo que alguien que ha trabajado mucho más duro o ha tomado más riesgos reciba una mayor recompensa, pero eso no necesariamente es equitativo si otros no han recibido recompensas similares por su trabajo o riesgos. Por otro lado, podría ser equitativo dividir las ganancias de un negocio entre todos los empleados por igual, independientemente de cuánto hayan contribuido al negocio, pero eso podría no ser justo si algunos empleados han trabajado mucho más duro que otros.