Ciudad de origen celta, Bérgamo fue tomada y saqueada por Atila (452 d. C.); después se convirtió en centro del ducado lombardo.
Fue dominada por los Visconti de 1329 a 1427, que pasó a formar parte de la república veneciana, lo que favoreció el crecimiento y la prosperidad comercial. En 1799 Napoleón unió a Bérgamo a la República Cisalpina. Posteriormente siguió la suerte de toda la Lombardía.
Situada entre los valles de los ríos Brembo y Serio, es un activo centro agrícola (cereales, fruta, vid, hortalizas), comercial e industrial (metalurgia, industria textil, del papel, de productos químicos, mecánicos y eléctricos y del cemento). Es un nudo de carreteras y ferrocarriles.
La ciudad está formada por dos partes: la baja, más moderna, y la alta, más antigua, situada sobre una colina, en la que sobresalen la catedral (1459-1650), con fachada del siglo XIX, la iglesia de Santa María Maggiore (1132-1400) y la Capilla Colleone (1476), obra maestra de Giovanni Antonio Amadeo, que contiene importantes frescos de Giambattista Tiepolo. En la villa baja, la Accademia Carrara (fundada en 1796) constituye una de las pinacotecas más importantes de Italia.