Pompeya fue una antigua ciudad del imperio Romano, cerca de la ciudad moderna de Pompeya, en la provincia de Nápoles, Italia.
Pompeya fue fundada por los oscos y sometida a las influencias griega y etrusca a lo largo de los siglos VI y V a. C. Ocupada por los samnitas hacia el 425 a. C., rechazó un ataque de la flota romana (~310 a. C.), pero a partir del 290 a. C. se alió con Roma. Poco después del asedio de Sula (91 a. C.) fue elevada a colonia bajo la denominación de Colonia Veneria Cornelia Pompeianorum. La ciudad, que llegó a contar unos 25.000 habitantes, servía de porte para las poblaciones del interior y, desde el final de la República, era un lugar de veraneo para los romanos opulentos; Cicerón tenía una villa.
Muy dañada por un terremoto en el 63 a. C., y en plena reconstrucción, fue completamente sepultada por la gran erupción del Vesubio de agosto del 79 d. C. La tragedia, de la que fue víctima, por su curiosidad científica y su actitud humanitaria, Plinio el Viejo, fue narrada por su sobrino Plinio el Joven.
Desde 1748, y regularmente desde 1860, se trabaja para volver a la luz sus ruinas, las cuales se suelen presentar en buen estado de conservación (templos de Apolo, de Júpiter y de Isis, basílica, foro, teatro, odeón, anfiteatro, palestra, termas, además de una muchedumbre de edificios comerciales y de villas pertenecientes a sacerdotes, ediles y familias notables) y hacen resurgir un gran número de obras de arte (esculturas, pinturas murales de gusto refinado, mobiliario doméstico, joyas).
Las excavaciones permiten reconstruir los aspectos sociales y la vida cotidiana, cultural, económica y mundana de la ciudad. Los trabajos de excavación desarrollados en los años ochenta y noventa del siglo XX permitieron definir la existencia desde el siglo VI a. C. de una gran área sagrada de 60 ha. en la cima de la colina de Pompeya, y precisar que la estructura urbana de la ciudad, con calles pavimentadas y edificios de estructura compleja, no se desarrolló hasta los siglos IV-III a. C.