Conocidos con el nombre de mahos o majos, los aborígenes de la isla han dejado como restos más importantes el yacimiento de Zonzamas (Teguise), donde se dedicaban al cultivo de la cebada y donde han sido descubiertos restos de viviendas, murallas y numerosos petroglifos.
Descubierta por Lancellotto Malocello, que le dio su nombre, Lanzarote fue conquistada por la expedición de Jean IV de Béthencourt (1402). En 1454 los Reyes Católicos otorgaron a Diego Herrera el dominio de la isla.
En 1730-36 una serie de erupciones volcánicas afectó gravemente a los habitantes de Lanzarote.
La abolición del sistema señorial (1811) dio paso a lo largo de los años al moderno sistema administrativo de los cabildos (1911) para Canarias. Sin embargo, el gran cambio tuvo lugar con el turismo, iniciado a finales de los años sesenta del siglo XX.
En 1965 la primera desaladora puso fin a la crónica falta de agua. La singuraridad orográfica de la isla comportó la creación del parque nacional de Timanfaya (1974) y, en 1993, la declaración de la UNESCO de reserva de la biosfera para la totalidad de la isla y las islas y los islotes adyacentes. Estas figuras de protección han constituido un gran reclamo turístico y también han contribuido indirectamente al fuerte crecimiento de la población.