Hasta 1974, la Iglesia ortodoxa etíope, una confesión cristiana asociada con la Iglesia copta e incorporando elementos del cristianismo monofisita, fue la iglesia establecida, con el emperador como su líder titular. Después de la deposición del emperador, la iglesia perdió la mayor parte de sus propiedades (incluido aproximadamente el 20% de todas las tierras cultivables) y la influencia política. En 2005, alrededor del 40 al 50% de los etíopes eran cristianos ortodoxos.
El islam es practicado por aproximadamente el 45% de la población. Alrededor del 10% de la población son evangélicos o protestantes pentecostales, que es la religión de más rápido crecimiento en el país.
Si bien son de ascendencia afroasiática, los falasha practican una forma de judaísmo que es de gran antigüedad y se atribuye tradicionalmente a la antigua inmigración árabe-judía o egipcia-judía.
La constitución establece la libertad de religión y este derecho es generalmente respetado en la práctica. Aunque la tolerancia religiosa es generalizada entre las creencias establecidas, ha habido casos de discriminación interreligiosa en relación con las nuevas religiones. Por ejemplo, ha existido cierta tensión ya que tanto los cristianos ortodoxos como los musulmanes se han quejado por el proselitismo de los testigos de Jehová y los pentecostales. En algunas regiones, también ha habido incidentes de violencia entre cristianos ortodoxos y musulmanes.
Los grupos religiosos y todas las demás organizaciones no gubernamentales deben registrarse en el Ministerio de Justicia y renovar su membresía cada tres años. Ciertas fiestas cristianas y musulmanas son reconocidas como fiestas nacionales. El gobierno exige un descanso para almorzar de dos horas los viernes para permitir la obligación de oración de los musulmanes.