La materia se puede encontrar en tres estados físicos diferentes: sólido, líquido y gaseoso.
Estado sólido: En este estado, las partículas se agrupan y condensan formando un objeto o cuerpo. Por ejemplo el hielo, el hierro, la mesa, etc. La vibración de las moléculas ocurre, en este caso, en posiciones fijas.
Las unidades de masa utilizadas para medir la materia en estado sólido son miligramos, gramos, kilogramos, toneladas, etc.
Estado liquido: En el estado líquido, las partículas están menos unidas entre sí y no tienen una forma definida. El cuerpo líquido solo tiene el volumen definido, y puede medirse mediante: mililitros, litros, centímetros cúbicos, etc. En este estado, las moléculas vibran más que en el estado sólido.
Estado gaseoso: El estado gaseoso, así como el estado líquido, no tiene una forma definida, sino que se extiende por todo el espacio. El enlace entre las moléculas es incluso más débil que en el estado líquido, por lo que en el estado gaseoso la materia no tiene forma o volumen definido.
En este estado, los materiales solo se pueden medir con aparatos especiales.