El apio se puede cosechar durante todo el año, pero la cosecha principal suele ser en otoño o primavera, dependiendo de la zona en la que se cultive. La cosecha del apio se realiza cuando las raíces y las hojas exteriores de la planta están maduras y tienen un tamaño adecuado. Es importante seleccionar un momento en el que el apio esté fresco y húmedo para obtener el mejor sabor y textura.
Para cosechar el apio, se puede simplemente arrancar la planta entera del suelo o cortar la parte inferior del tallo con un cuchillo afilado. Es importante dejar al menos unos cuantos centímetros de la parte inferior del tallo para que la planta pueda regenerarse y producir más apio. Una vez cosechado, se recomienda enfriar el apio lo antes posible para prolongar su vida útil.