La almendra se cosecha principalmente en el otoño, aunque el momento exacto depende de la variedad de almendras y de la región donde se cultiven. En general, las almendras maduran entre finales de agosto y principios de octubre, pero algunas variedades pueden madurar más tarde. Para determinar si las almendras están listas para la cosecha, los productores suelen observar las hojas y las vainas de las almendras. Cuando las hojas comienzan a secarse y caer y las vainas se abren y muestran la almendra, es una señal de que están maduras y listas para ser recolectadas. La cosecha de las almendras se realiza principalmente a mano, aunque algunas veces se utilizan máquinas para facilitar el trabajo. Una vez cosechadas, las almendras se llevan a una planta de procesamiento donde se limpian, se secan y se procesan para su consumo o para su uso en la industria.