La avellana se cosecha generalmente en otoño, a finales de septiembre o principios de octubre, cuando las nueces están maduras y se han desprendido de la poda. El proceso de cosecha suele incluir la recolección manual de las nueces del suelo, seguida de su limpieza y clasificación. Algunos cultivadores utilizan máquinas especializadas para recolectar las nueces, pero esto depende del tamaño y el tipo de plantación. Es importante recolectar las avellanas lo más pronto posible después de que hayan caído al suelo, ya que esto puede aumentar la calidad y el sabor de las nueces.