El arte mesopotámico surge aproximadamente en el año 4000 a.C. en la región comprendida entre los ríos Tigris y Éufrates, en lo que hoy en día es Irak. Se desarrolló a lo largo de varias civilizaciones, incluyendo a los sumerios, acadios, asirios y babilonios, hasta su caída en el año 539 a.C. con la conquista persa. El arte mesopotámico incluye cerámica, escultura, relieves, joyería, textiles y objetos cotidianos decorados con motivos geométricos y figuras humanas y animales. Muchas de estas piezas se utilizaban para fines religiosos o ceremoniales y reflejan las creencias y prácticas religiosas de la época.