Las diferentes fuentes de información difieren en cuál ha sido el verdadero origen de la cerveza.
Los arqueólogos han determinado que su origen data de 6.000 años de antigüedad, o lo que es lo mismo; que se conoce desde 4000 aC.
Como en la mayoría de descubrimientos, la primera cerveza fue fabricada de manera accidental y casual de mano del pueblo sumerio, cuando intentaban fabricar pan. Los granos de trigo germinaron, como consecuencia del olvido, y el resultado fue que lo que en teoría debía ser pan se había dividido en una mezcla heterogénea: por un lado la materia sólida y por la otra la líquida. A partir de ahí se empezó a fabricar la cerveza, ya que la parte líquida de la mezcla tenía un sabor agradable.
Otras voces indican que la cerveza es fruto de la necesidad de los primeros agricultores de guardar el grano, y que estos fueron los que se dieron cuenta que la combinación de diferentes tipos de grano molidos, puestos en algún recipiente y expuestos a un temperatura ambiente, fermentaban.
Al haber probado y haberles gustado el producto resultante de los grandes fermentados, sencillamente, añadieron agua para poderlo beber con más comodidad.
A pesar de que el origen de la cerveza corresponde seguramente al pueblo sumerio, como prueba el himno dedicado a Ninkasi, los egipcios llegaron a considerarla suya.