La palabra esófago se deriva de la palabra griega «oisophagos» que significa «garganta».

Cuando una persona traga comida, entra en la faringe (garganta detrás de la cavidad nasal y la boca) y en el esófago.
Cuando la comida sale del esófago después de ser tragada, ingresa al estómago para continuar a lo largo del tracto digestivo.

La saliva, que se agrega a los alimentos al masticar, actúa como un lubricante para facilitar el paso de los alimentos a través del esófago. La saliva también ayuda a descomponer los alimentos.

Cuando el ácido estomacal regresa a través del esfínter esofágico inferior hacia el esófago, el esófago puede inflamarse y doler.

Cuando el esófago se inflama es una condición llamada esofagitis. Esto puede ser causado por reflujo ácido, alergias alimentarias, infecciones, sustancias irritantes o corrosivas y medicamentos.

Los humanos no son los únicos que tienen un esófago. Los animales, peces, reptiles y pájaros tienen esófago.

Cuando una persona tiene problemas para tragar, puede tener disfagia orofaríngea. Cuando esto ocurre, pueden toser o ahogarse durante la primera etapa de tragar la comida. Puede sentirse como si estuviera atascado antes de llegar al estómago.

Aunque es raro, el esófago se puede desgarrar. Es más común con arcadas secas o vómitos frecuentes, pero puede ocurrir si se ingiere accidentalmente un objeto afilado.

Los alimentos tardan unos 7 segundos en viajar a través del esófago hasta el estómago.

Hay músculos en el esófago que funcionan como ondas para mover la comida. Estos músculos funcionan tan bien que si estuvieras comiendo boca abajo, todavía moverían la comida en la dirección correcta. Esto se llama peristaltismo.

Las glándulas salivales de una persona promedio crean alrededor de 1,5 litros de saliva todos los días. La mayor parte pasa por el esófago.

Para ayudar a mantener el esófago saludable o para ayudarlo a sanar, es mejor comer comidas más pequeñas, evitar la cafeína, el alcohol, las bebidas carbonatadas, dejar de fumar, perder peso si es necesario y sentarse por un rato después de comer.