La rémora pertenece a la familia de los peces con aletas radiadas. Hay 8 especies de rémoras que se pueden encontrar en las aguas tropicales de todo el mundo. Es un pez pelágico (no vive cerca del fondo ni de la orilla) que prefiere la vida en el mar abierto.
La rémora puede alcanzar de 30 a 92 cm de largo.
Es un pez de color marrón oscuro o negro.
Tiene una cabeza larga y aplanada y un cuerpo corto cubierto de escamas lisas.
Tiene un disco de succión ovalado en la parte superior de la cabeza que consta de numerosas placas emparejadas orientadas en forma transversal. El disco succionador es en realidad una aleta dorsal modificada.
Tiene numerosos dientes pequeños y puntiagudos que están ligeramente curvados hacia adentro. La mandíbula inferior es más larga que la superior.
La rémora no tiene vejiga natatoria. Utiliza un disco de succión para adherirse al cuerpo de otros peces o criaturas marinas y viajar en el océano. Esta técnica también asegura un movimiento rápido del agua a través de las branquias que es vital para la respiración normal.
Dependiendo de la especie, la rémora puede viajar adherida al cuerpo de tiburones, rayas, peces espada, marlines, tortugas marinas o grandes mamíferos marinos como dugongos y ballenas.
La rémora come las sobras de las comidas de su anfitrión y recolecta parásitos, bacterias y tejido epidérmico muerto de la superficie de la piel. De esa manera, mantiene la piel de su huésped limpia y saludable.
Algunas especies de rémora viven dentro de la boca de grandes tiburones y rayas. Comen bacterias y restos de comida.
Las rémoras pueden adherirse al fondo de los barcos o a las piernas y el abdomen de los buceadores.
La temporada de apareamiento de las rémoras tiene lugar de junio a julio en el océano Atlántico y de agosto a septiembre en el Mediterráneo.
El nombre latino «remora» significa «reprimirse» o «retrasar». El nombre se refiere a la antigua creencia de que las rémoras fueron responsables de la muerte del emperador romano Calígula al sujetar el fondo del barco e impedir que los romanos lucharan contra los barcos enemigos.
Los pescadores suelen utilizar rémoras para capturar peces y tortugas marinas. Atan el hilo de pescar a la cola de la rémora, sueltan el pez en el agua y esperan hasta que se adhiera al caparazón de la tortuga marina o al cuerpo de algún pez grande. A continuación, es necesario sacar con cuidado a ambos animales del agua.