El alcélafo, también llamado búbalo común, es un tipo de antílope grande que pertenece a la familia de los bóvidos. Hay 8 subespecies que se pueden encontrar en las partes oriental, meridional y occidental de África. Habita en pastizales abiertos, áreas escasamente boscosas y sabanas.
El alcélafo puede alcanzar los 150 cm de largo y de 75 a 160 kg de peso. Los machos son más grandes que las hembras.
El alcélafo está cubierto con un pelaje corto que puede ser de color tostado, marrón dorado, marrón rojizo o casi negro. La cola de color marrón oscuro o negro está cubierta de pelos largos.
El alcélafo tiene la cabeza alargada, cara estrecha, orejas puntiagudas, hombros jorobados, espaldas inclinadas hacia abajo y piernas largas y delgadas.
Tanto los machos como las hembras tienen cuernos curvos, de 45 a 72 cm de largo. Están muy unidos entre sí en la base y cubiertos con anillos en la parte inferior.
El alcélafo es un animal diurno (activo durante el día).
El alcélafo es un animal herbívoro cuya dieta se basa casi en su totalidad en la hierba.
A pesar de su apariencia torpe, el alcélafo es en realidad uno de los antílopes más rápidos. Puede alcanzar la velocidad de 69 kilómetros por hora cuando necesita escapar de los depredadores.
Los depredadores naturales son los guepardos, los chacales, los leones, las hienas y los leopardos.
Las hembras viven en pequeños grupos compuestos de 5 a 12 animales. Los machos adultos viven una vida solitaria. Los animales de ambos sexos se reúnen en grandes grupos durante los períodos secos del año, cuando la comida y el agua escasean.
Los machos son territoriales y agresivos durante la temporada de apareamiento. Utilizan estiércol para marcar los límites de su territorio.
Los alcélafos pueden reproducirse durante todo el año en las zonas húmedas o durante la temporada de lluvias (cuando la comida es abundante) en las regiones áridas.
El alcélafo puede sobrevivir de 11 a 20 años en estado salvaje y hasta 19 años en cautiverio.