Una taza de fresas frescas contiene solo 46 calorías y tiene un índice glucémico bajo, lo que significa que no aumentarán los niveles de azúcar en la sangre y son seguras para que las consuman los diabéticos.
Una taza de fresas contiene el 112% del requerimiento diario recomendado de vitamina C. La vitamina C es un poderoso antioxidante que ayuda a proteger al cuerpo del estrés oxidativo e inflamatorio. Una taza de fresas contiene el doble de vitamina C que la mayoría de las otras frutas.
Las fresas contienen fitonutrientes antiinflamatorios y antioxidantes como flavonoles, antocianinas, taninos, estilbenos, ácidos hidroxil cinámicos y ácidos hidroxil benzoicos. Estos fitonutrientes trabajan juntos y brindan muchos beneficios cardiovasculares, incluida la disminución de las grasas circulantes en el cuerpo, la disminución del LDL y el colesterol y la disminución de la oxidación de las grasas en el revestimiento de las membranas celulares de los vasos sanguíneos.
Se ha demostrado que las fresas reducen el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 cuando se consumen con regularidad. Se cree que es un polifenol particular en las fresas llamado elaginaninos que es responsable del efecto reductor de azúcar en sangre de esta fruta.
Se cree que las propiedades antiinflamatorias y antioxidantes de las fresas reducen el riesgo de desarrollar muchos cánceres, incluidos los de esófago, colon, cuello uterino y mama.
Se están realizando estudios sobre la posible capacidad de las fresas para reducir los efectos del envejecimiento en el cuerpo. Se cree que las fresas pueden mejorar la función cognitiva, mejorar la función motora y reducir las moléculas proinflamatorias que conducen a muchas enfermedades crónicas.
Los extractos y polvos de fresa han demostrado mejorar los problemas inflamatorios del intestino, como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa. Esto se debe a una sustancia natural llamada ácido salicílico en las fresas.
Los fitonutrientes antiinflamatorios en las fresas pueden ayudar a reducir la artritis inflamatoria, así como las enfermedades oculares causadas por la inflamación, como la degeneración macular.
Las fresas son ricas en manganeso, fibra y contienen buenas cantidades de muchos otros nutrientes, incluidos yodo, ácido fólico, cobre, potasio, biotina, fósforo, magnesio y vitamina B6.
Las fresas contienen altos niveles de fitoquímicos flavonoides fenólicos que brindan protección contra enfermedades neurológicas, inflamación, envejecimiento y cáncer.
Las fresas son una buena fuente de vitamina B que ayudan al cuerpo a metabolizar grasas, proteínas y carbohidratos.
Las fresas excesivamente grandes a menudo tienen menos sabor que las fresas medianas.
Las fresas son muy frágiles y se echan a perder con facilidad, y deben almacenarse con cuidado para evitar la contaminación.
Las fresas se pueden encontrar en las tiendas todo el año, pero son más frescas y abundantes de primavera hasta mediados de verano cuando están en temporada.