En el sistema de justicia penal, una admisión es una declaración de reconocimiento de que ciertos hechos relacionados con un caso específico son ciertos. Una admisión puede expresarse a través de una declaración oral o escrita, o también puede estar implícita en la conducta de la persona bajo interrogatorio. En la práctica legal, una admisión se utiliza como un medio para el descubrimiento, como evidencia o como un recurso de defensa.
En el sistema de justicia penal, una confesión es una declaración por la cual una persona reconoce su culpabilidad. Los especialistas en derecho consideran que una confesión es la prueba definitiva de culpabilidad.
Una admisión es una declaración que tiene que ser probada. Las admisiones tienden a probar la culpa, pero no son suficientes para eso. Si durante el juicio posterior no hay evidencia del delito, excepto la admisión dada, es probable que el juez desestime el cargo. Por otro lado, una confesión es una declaración de responsabilidad por cometer un acto delictivo. Una confesión es suficiente para probar la culpabilidad del sospechoso.