Muchas personas están optando estos días por productos de cultivo orgánico y alimentos orgánicos. La palabra «orgánico» se ha vuelto muy común, hasta el punto en que una persona puede encontrarla casi todos los días en supermercados y en muchos productos.
La palabra «orgánico» se refiere a la forma en que se produjo o se cultivó el alimento. La agricultura orgánica es el proceso de cultivar plantas sin usar químicos industriales. La agricultura orgánica depende de las prácticas agrícolas como la rotación de cultivos, el abono verde, la composta y el control biológico de plagas. Los fertilizantes y pesticidas que se utilizan están hechos de materiales naturales como la harina de huesos de los animales o la piretrina de las flores. El mercado de productos orgánicos ha experimentado un crecimiento constante desde 1990.
La definición de agricultura orgánica difiere según los países y el agricultor. Sin embargo, una definición ampliamente aceptada por IFOAM (Federación Internacional de Movimientos de Agricultura Orgánica) es: “La agricultura orgánica es un sistema de producción que sostiene la salud de los suelos, los ecosistemas y las personas. Se basa en procesos ecológicos, biodiversidad y ciclos adaptados a las condiciones locales, en lugar del uso de insumos con efectos adversos. La agricultura orgánica combina tradición, innovación y ciencia para beneficiar el entorno compartido y promover relaciones justas y una buena calidad de vida para todos los involucrados ”.
La agricultura orgánica depende de la descomposición natural de la materia orgánica y del reemplazo de los nutrientes que los cultivos anteriores extraen del suelo, utilizando técnicas como el abono verde y el compostaje. Los pesticidas naturales reemplazan a los químicos y el manejo de las malezas se realiza utilizando la labranza (girando el suelo para eliminar las malezas existentes), cortando el césped, utilizando calor para eliminar las malezas y bloqueando el crecimiento de las malezas utilizando materiales orgánicos.
La agricultura química, también conocida como agricultura intensiva, es el proceso de cultivar y producir plantas utilizando un bajo índice de rotación de cultivos, un alto uso de mano de obra y el uso extensivo de pesticidas químicos y fertilizantes. La agricultura química también está relacionada con alterar genéticamente la planta para producir en mayor número. Implica el uso de arado mecánico, fertilizantes químicos, reguladores del crecimiento de plantas o pesticidas para permitir una mayor producción.
La agricultura química ganó durante la Revolución Industrial, cuando el trabajo humano fue reemplazado por la mecanización. Aunque se cree que es esencial para la supervivencia de los seres humanos durante el crecimiento, la agricultura química ahora es menospreciada. Otras alternativas, como la agricultura sostenible, la acuicultura multitrófica integrada, la agricultura de desperdicio cero y la agricultura orgánica, han crecido para ocupar su lugar.