Un argumento oral es aquel que se presenta de manera verbal, ya sea en una conversación, discurso o debate. Por otro lado, un argumento escrito es presentado en forma de texto, ya sea en una carta, ensayo o artículo.
Las principales diferencias entre un argumento oral y un argumento escrito son el formato y el tiempo de presentación. En un argumento oral, el orador tiene menos tiempo para presentar sus ideas, ya que se basa en la exposición verbal. Por otro lado, un argumento escrito tiene más tiempo para ser elaborado y presentado, ya que se basa en la exposición escrita.
Otra diferencia importante es la capacidad de persuasión. Un argumento oral tiene mayor capacidad de persuasión ya que permite al orador interactuar con su audiencia, utilizar gestos y tonos de voz, y responder a preguntas y objeciones. Por otro lado, un argumento escrito tiene menor capacidad de persuasión ya que no permite al escritor interactuar con su audiencia, y las respuestas a preguntas y objeciones son menos inmediatas.
En cuanto a la estructura, los argumentos orales suelen ser más informales y menos estructurados que los argumentos escritos. Los argumentos escritos, por otro lado, suelen tener una introducción, desarrollo y conclusión.
En un argumento oral, el orador también debe prestar atención a la pronunciación, entonación y ritmo de su discurso, mientras que en un argumento escrito, el autor debe prestar atención a la gramática, ortografía y sintaxis.
En conclusión, los argumentos orales y escritos son similares en su objetivo de presentar una idea o punto de vista, pero difieren en su formato, tiempo de presentación, capacidad de persuasión, estructura y atención a los detalles. Cada tipo de argumento tiene sus propias ventajas y desventajas, y es importante elegir el adecuado según el contexto y el objetivo deseado.