Todos los seres vivos necesitan energía para sobrevivir, y esa energía la toman del entorno. Algunos seres pueden producir su propia comida aprovechando la energía solar, en cambio otros terminan alimentándose de otros animales.
La cadena alimentaria se divide por niveles tróficos. Existen dos tipos de animales, los animales autótrofos y los animales heterótrofos.
Los seres autótrofos pueden producir sus propios alimentos a través de algunas sustancias minerales u orgánicas como el agua, el dióxido de carbono y las sales minerales. Por ejemplo: plantas, algas, algunas bacterias y algunos protistas.
Los seres heterótrofos no pueden producir su propia comida, dependen de los autótrofos. Algunos heterótrofos son herbívoros y dependen directamente de los autótrofos, ya que se alimentan de estos seres productores. Ejemplos de heterótrofos: la vaca, la serpiente, el saltamontes, el león, la rana, el conejo, etc.