El capital de trabajo de una empresa es una de las medidas más importantes en cualquier estado financiero que también es fácil de calcular. Es un reflejo de la situación financiera actual de una empresa que permite a los inversores conocer la salud financiera de una empresa.
El capital de trabajo se refiere a su estado financiero y se calcula restando sus pasivos corrientes de sus activos actuales. Si es positivo, significa que la empresa goza de buena salud financiera y puede pagar sus deudas a corto plazo. Si es negativo, la compañía no puede cumplir con sus pasivos de deuda, incluso si vende sus activos actuales, como efectivo, cuentas por cobrar e inventario.
El capital de trabajo bruto es la suma de todos los activos corrientes de una empresa, mientras que el capital de trabajo neto es el exceso de los activos corrientes sobre los pasivos corrientes. Esto implica claramente que es el capital de trabajo neto el que tiene importancia para los inversores, ya que informa mucho sobre la rentabilidad y el riesgo de una empresa.
Por lo tanto, está claro que el capital de trabajo bruto solo indica el capital que una empresa ha invertido en activos corrientes. No tiene en cuenta los pasivos de la empresa y, como tal, no es un verdadero indicador de la salud financiera de una empresa. Por otro lado, el capital de trabajo neto que es la diferencia de los activos y pasivos corrientes refleja la eficiencia operativa y la capacidad de generar más ventas.