El celibato es el estado en el que una persona evita conscientemente cualquier actividad sexual. Se cree que el celibato existió desde la antigüedad como una forma de control de la población. En el mundo cristiano, se cree que el celibato proviene de la interpretación de varios textos religiosos, principalmente del Nuevo Testamento. La sexualidad en los seres humanos es vista por algunas autoridades religiosas no como un regalo sino como un medio para la procreación, y muchas denominaciones cristianas alientan a sus seguidores a tener relaciones sexuales solo para dar a luz a hijos.
La abstinencia se puede definir como una restricción autoimpuesta de la actividad sexual. Las razones para ser sexualmente abstinentes varían de persona a persona y pueden estar relacionadas con problemas sociopsicológicos, éticos, legales o fisiológicos. Muchas sociedades antiguas promovieron la abstinencia sexual por razones médicas y sociales.
El celibato generalmente se impone a la persona por una autoridad y la persona decide seguir la directriz dada. La abstinencia sexual, por otro lado, más bien describe un estado en el que la actividad sexual no está presente. Puede que no sea producto de la decisión de contener los instintos naturales, sino el resultado de circunstancias dadas, por ejemplo, la falta de tiempo.
El celibato siempre ha estado relacionado con normas y dogmas religiosos o sociales influenciados por la religión de una sociedad determinada. Las personas célibes simplemente tienen que ser como tales porque las autoridades religiosas se lo han dicho. La abstinencia sexual, por otro lado, no está necesariamente enraizada con cuestiones relacionadas con la religión.