La cerveza es una bebida alcohólica hecha con lúpulo, granos (generalmente de cebada), levadura y agua. Primero, la cebada se cosecha, se calienta, se seca y se agrieta. Luego se machaca, un proceso por el cual la cebada se sumerge en agua caliente durante una hora para liberar los azúcares, y luego se drena del agua caliente para que todo lo que quede sean los granos y los azúcares. Este material se llama mosto. El mosto se hierve durante una hora con lúpulo y otras especias e ingredientes, y luego se agrega a una cámara con levadura para fermentar. La cerveza sin terminar se embotella para agregar dióxido de carbono, ya sea natural o artificialmente, después de lo cual es potable.
El vino es una bebida hecha con frutas fermentadas, generalmente uvas. El proceso de elaboración del vino se llama vinificación. Las uvas son trituradas, liberando jugo, y el jugo se convierte en alcohol durante el proceso de fermentación. Por lo general, el vino no es carbonatado durante el proceso de vinificación, pero a veces se elabora vino con dióxido de carbono agregado, conocido como vino espumoso. El vino, como la cerveza, es una de las bebidas alcohólicas más antiguas de la historia humana. Los tres tipos básicos de vino son el vino tinto, el vino blanco y el vino rosado.
Las principales diferencias están en el proceso de elaboración, los ingredientes y si la bebida es o no carbonatada.
La cerveza está hecha con lúpulo, cebada, levadura y, a veces, con otros ingredientes. El vino, sin embargo, está hecho con frutas.
La forma en que se elabora el vino y la cerveza también difiere significativamente. El vino tiene un proceso más simple.
Además, el vino no es carbonatado. Existen vinos carbonatados, conocidos como vinos espumosos, pero los vinos regulares no son carbonatados. La cerveza, sin embargo, siempre es carbonatada.