Tanto la ciudadanía como la nacionalidad denotan un sentido de pertenencia. Ambos definen el concepto de un grupo de personas que tienen algo en común, ya sea su origen étnico, el lugar en el que nacieron o el país a cuyo gobierno informan. Sin embargo, el principal factor diferenciador entre la ciudadanía y la nacionalidad es que la ciudadanía es más un concepto político y legal, mientras que la nacionalidad es más una noción cultural y ética.
La nacionalidad está más estrechamente asociada con la identidad cultural. Se puede asociar con el lugar de nacimiento, el lugar de nacimiento de los padres, el lugar de donde provienen los ancestros o el lugar donde la persona se siente étnicamente conectada.
La ciudadanía, por otro lado, está asociada con el país cuyo gobierno reconoce a la persona como residente que está protegida por derechos y libertades según lo estipulado por ese gobierno. Básicamente, el país con el que la persona puede asociarse como ciudadano.