La clorofila es un pigmento fotosintético verde que puede convertir la energía de la luz en enlaces químicos. Tiene la capacidad de reflejar y absorber las ondas de luz, y es responsable del color verde de la mayoría de las algas y plantas.
El cloroplasto, por otro lado, es un orgánulo celular que puede generar energía con la ayuda de la fotosíntesis.
Aunque ambos se encuentran en algas y plantas, existe una gran diferencia entre la clorofila y el cloroplasto.
Además de su color verde y el hecho de que uno alberga al otro, no hay similitud entre la clorofila y el cloroplasto ya que tienen una composición estructural completamente diferente. La clorofila es un pigmento verde que tiene una cola hidrofóbica y una cabeza hidrofílica. Dado que es un pigmento, puede cambiar el color de la luz reflejada mediante el proceso de absorción selectiva de longitud de onda. La parte absorbente de luz de la clorofila se compone de enlaces dobles y simples alternos.
El cloroplasto, en comparación, es un orgánulo celular que tiene una gran cantidad de clorofila. Estructuralmente, tiene pliegues o reticulaciones internas que están encerradas por una membrana compuesta de doble celda. Los cloroplastos también están formados por un fluido denso llamado estroma, junto con tilacoides, que contienen clorofila.
Como la clorofila es un pigmento, no tiene una composición de ADN. El cloroplasto, por el contrario, está formado por un ADN llamado ADNc.
La clorofila se encuentra en las pilas de tilacoides dentro del cloroplasto, mientras que el cloroplasto es parte de una célula vegetal.
La clorofila y el cloroplasto tienen un papel importante en el proceso de fotosíntesis, pero funcionan de diferentes maneras. La clorofila participa en la conversión de la energía de la luz en energía química. Canaliza y atrapa la energía del sol, que es necesaria para convertir el agua y el dióxido de carbono en oxígeno y carbohidratos. Un cloroplasto, por otro lado, alberga y apoya principalmente todas las reacciones que ocurren durante la fotosíntesis. Del mismo modo, la fotosíntesis comienza y termina dentro del cloroplasto, que contiene todo el espacio y las enzimas necesarias para las reacciones fotosintéticas.