Según la naturaleza de las interacciones entre la fase dispersa y el medio de dispersión, los coloides se clasifican en general en dos tipos: coloides liofílicos y liofóbicos.
Los coloides liofílicos forman una fuerte interacción entre la fase dispersa y el medio de dispersión, en cambio los coloides liofóbicos forman poca o ninguna interacción entre la fase dispersa y el medio de dispersión.
Ejemplos de coloides liofílicos: almidón, proteínas, jabones y ácidos metasilícicos.
Ejemplos de coloides liofóbicos: sulfuros e hidróxidos metálicos, azufre, platino, oro, etc.