Básicamente, cualquier sustancia que pueda proporcionar energía para hacer un trabajo mecánico para los humanos se considera un combustible. En este sentido, se puede decir que incluso los alimentos que consumimos son combustibles para nosotros, ya que proporcionan energía para nuestro sustento. La madera puede considerarse como el primer combustible utilizado por los seres humanos cuando aprendieron a hacer fuego con ramas de árboles. Los combustibles fósiles constituyen uno de los recursos naturales más importantes que se están explotando a un ritmo muy rápido y enfrentan la posibilidad de agotarse en el futuro cercano.
El gas natural se usa como combustible para diferentes propósitos, como calentar casas y cocinar alimentos. Se llama natural, ya que se encuentra naturalmente y es principalmente etano. Este es un combustible que se encuentra junto con otros hidrocarburos debajo de la superficie de la tierra y también tiene muchas otras aplicaciones (como la fabricación de fertilizantes). El material orgánico que está enterrado en las profundidades de la tierra es responsable de la creación de este gas natural a través de reacciones térmicas.
El gas natural no se puede utilizar en la forma en que se obtiene, ya que contiene muchas impurezas que deben eliminarse.
Si bien el gas natural es una fuente de combustible, no todos los combustibles son gases.