Los términos despenalización y legalización a menudo se usan juntos e indistintamente. Sin embargo, no mucha gente se da cuenta de que los dos términos tienen un significado diferente y implicaciones completamente diferentes, lo que puede tener un impacto drástico en aquellos que se ven afectados por ellos.
Como núcleo de su definición, la despenalización es el proceso de dejar de considerar algo como un delito. Sin embargo, la implicación del término es en realidad bastante diferente. En la práctica, la despenalización se refiere al proceso de disminuir las sanciones penales en relación con ciertos actos. Esto podría significar dejar de hacer que algo sea una ofensa disponible, y en lugar de eso, convertirlo en una ofensa definible.
La mayoría de la gente piensa erróneamente que despenalizar algo significa que ahora es legal. Sin embargo, eso no es correcto. Despenalizar algo puede implicar reducir las sanciones penales en lugar de eliminarlas por completo. Alternativamente, mientras que el estado podría dejar de considerarlo un crimen o al menos castigarlo con dureza, el tribunal federal podría seguir considerándolo un crimen.
La legalización, por otro lado, es el proceso de eliminar las sanciones penales de algo. En la mayoría de los casos, esto incluye casi todas las sanciones. En resumen, hace que algo sea legal y no castigado por la ley.